sábado, 27 de octubre de 2018

El diario del invencible – ZMM18 (#8)

Bla bla bla bla bla bla bla…. venga chaval, a entrenar!!!

Hay semanas de entrenamiento que se transforman respecto a lo planificado y se hacen muy muy raras… por ejemplo ésta! Sábado por la mañana, y esta semana he realizado solamente 2 entrenamientos por ahora. Sabía que correr el Trail del Genal el sábado pasado podría acarrearme alguna molestia o algún desajuste, y de hecho en el plan dejé de descanso total el domingo y lunes, y el martes puse un trote suave de 45′. Pues bien, durante toda la semana, desde el lunes especialmente, he tenido algún tipo de dolor o molestia. Al comienzo fueron los cuádriceps y los gemelos. El primer entreno lo realicé el miércoles, un fartlek con Luismi, sin forzar mucho los ritmos, pero salió un buen entreno. Terminé con los soleos bastante cargados, eso sí. El jueves también descansé. Y ayer viernes hice 2 series de 3000 m y a continuación 4 km a RM; durante el entreno fue todo bastante bien, pero al terminar tenía un dolor bastante evidente en la ingle y en la rodilla derecha zona de la cintilla. Esta mañana el dolor se había convertido en molestia leve y he estado estirando y aplicando el rodillo, esta tarde intentaré trotar suave un rato, y mañana tocaría la TL de 28 km si todo va bien.

Después de tantas semanas tratando de concentrarme en el plan de entrenamientos para la maratón, y llevarlo bastante bien controlado todo, compruebo cómo por salir de un plan normal y meter una carrera de montaña de 57 km con 2900m de d+, esta semana me encuentro fastidiado y algo inseguro. Pienso que ya me ocurrió al comienzo de este año, que iba a la maratón de Sevilla (aunque sin haberme fijado un objetivo como tal) y llegué bastante tocado por haber realizado carreras de montaña bastante exigentes y algún que otro esfuerzo adicional que no venía a cuento. Da respeto pensar en la posibilidad de echar todo el objetivo por tierra por participar en una carrera de montaña… ¿merece la pena?……… ¿cómo que si merece la pena!?!?

La cabeza en seguida vuelve al sábado pasado, el madrugón y el desayuno con mis compañeros de viaje, la llegada al pueblo de Benadalid, el ambiente de la carrera, el encuentro con otros compañeros, la ilusión en la cara de todos ellos, el respeto por la distancia, por la montaña, por la climatología… el valle espectacular, la Naturaleza, la lluvia refrescando tu cara… Chito de speaker creando un ambiente y una emoción espectaculares, el violín, los gritos de ánimo… Es indescriptible lo que siento recorriendo los caminos y senderos en el Valle del Genal, es puro disfrute, es la vuelta al instinto, al recuerdo de otras épocas, es libertad… ¿Que si merece la pena te preguntas?… buffff… compruébalo…








Estoy enamorado de ese valle, son alucinantes las sensaciones que me transmite cada vez que lo visito… las primeras veces fue con la cámara de fotos, las dos últimas veces con las zapas de trail… es maravilloso! Y eso que esta última vez nos puso las cosas complicadas para conseguir salir de allí con la dana (a.k.a. gota fría) desatando tormentas por toda la zona!




Mr. TEE

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