sábado, 30 de enero de 2016

Sospecha confirmada: #cuestiondeFe

Genial. Análisis hechos y resultados evidentes. Tengo anemia ferropénica. Y además, bastante importante: tengo la hemoglobina en 8,13 g/dL (cuando el rango normal está entre 13 y 17,5); y tengo la ferritina (la reserva de hierro) en 8,40 ng/mL (cuando el rango normal está entre 20 y 425). Un pelín más bajo, y probablemente me habrían tenido que poner una transfusión... con razón me costaba la vida incluso subir la escalera del parkin!!! Lo que es un milagro es que estuviera trotando 8 ó 9 kms aunque fuese a más de 6 min/km... vaya tela!

Cosas que debe escuchar uno cuando comenta que tiene este problema:
  • "Es que tienes que comer más, hombre, no puedes estar sin comer!!!". Bien, nunca he comido tan sano como en los últimos 7 u 8 meses, nunca he cuidado tanto la alimentación. Como de todo, variado, y equilibrado, cuidando que casi todo sea nutritivo y que me aporte todo lo que necesito. De lo único que me "he quitado" en este tiempo ha sido de la bollería industrial, de las "porquerías" de picoteo (patatas fritas, frutos secos hipersalados, etc), de las cosas fritas (mejor a la plancha o al horno), y de las carnes muy grasas. Tomo menos bebida alcohólica (tampoco es que antes tomase demasiado): los "pelotazos" excepto alguna fiesta puntual, no los pruebo; y la cerveza en vez de tomarme 1 ó 2 diarias como antes, ahora son 2 ó 3 a la semana. Además, como 5 veces al día, 4 comidas fuertes (desayuno, almuerzo, merienda, y cena) y 1 más suave (fruta a media mañana), y son raciones generosas y acompañadas con pan.
  • "Es que te has quedado muy delgado, has perdido mucho peso!!!". Estupendo. Mido 1,76 y el peso ideal (dependiendo de la complexión de cada uno) para mi género y edad estaría entre los 56,7 kg y los 76,3 kg. Al comenzar a practicar deporte de manera habitual, en abril de 2015, pesaba 78 kg (es decir, estaba un par de kilos por encima de lo normal), y el día que corrí el maratón estaba en 71,5 kg aproximadamente (es decir, absolutamente en un peso normal). Un mes y medio después del maratón había ganado un par de kilos, estoy ahora en 73,4 kg. Me controlo el peso cada 15 días aproximadamente para comprobar que todo está correcto. Mi IMC en el momento de correr el maratón era 23,1 kg/m2, y ahora es de 24 kg/m2; el rango normal está entre 18,5 y 24,9 (es decir, estoy en lo normal, incluso cerca de la cota superior). Y el índice de grasa actual es de 18,8% (estuvo en 17,2% para la fecha del maratón), cuando lo normal es entre un 17 y un 23% (eso para personas como tú y como yo; los atletas y corredores de fondo suelen tenerlo entre un 6 y un 12%).
Supongo que con esta explicación, podemos cuestionar que el motivo de la anemia sea la alimentación o la delgadez, no? ;-)

¿Y cuál ha sido el motivo? Pues en realidad supongo que ha sido una suma de motivos, una mezcla peligrosa, jejeje.

Cuando empecé a notarme "flojo", cansado, que no era capaz de rendir como me gustaría en los entrenamientos, fue hacia el mes de noviembre. El fin de semana que corrí en Ronda (el Puerto del Viento), tuve una gastroenteritis que me dejó bastante tocado y debilitado. Todo el tiempo estuve achacando ese cansancio a la fase de máxima carga de entrenamientos para el maratón, y siendo la primera vez que lo hacía, pensé que podría ser normal. La "alerta naranja" llegó el día de la Media Maratón del Rincón de la Victoria, que ni pude correr a un ritmo alegre en el previo de 9 kms que hice esa mañana, ni mucho menos después en la carrera. Y ni por esas, se me ocurrió pensar que podía haber "algo más" que me estuviera llevando a esa sensación de cansancio y de perder fuerzas... lo que viene siendo un novato inconsciente, jeje. Cuando empecé a utilizar el Garmin para el registro de la actividad, es cierto que las mediciones eran mucho más reales que las que me estaba dando el GPS del móvil, y en virtud de eso "reajusté mis tiempos previstos" para la carrera; lo cierto es que si hubiera comprobado realmente la medición con los dos dispositivos a la vez, me habría dado cuenta de que a pesar de esa diferencia de medición, realmente mis ritmos de entrenamiento estaban siendo un poco más lentos que antes.

Después de todo esto que estoy descubriendo en estos últimos días, ya me he quedado con la curiosidad... ¿cómo quedé clasificado en la Maratón de Málaga entre los atletas que corrían con anemia??? Aiiiish...

En definitiva, los entrenos para el maratón fueron exigentes para el cuerpo (sobre todo para alguien como yo, que venía de 15 años de sedentarismo hasta apenas unos meses antes), la gastroenteritis de primero de noviembre me dejó algo debilitado, y encima fui bastante borrico durante el verano y otoño con los ritmos de los rodajes: si en el entrenamiento ponía "rodaje a R1" (ritmo relajado), como me encontraba con fuerzas yo corría en R2 ó R3 (ritmos mucho más vivos). Que no pasa nada por hacer eso de vez en cuando, pero como norma general, si un plan de entrenamiento dice "rodaje suave", hay que hacerlo suave (ya habrá tiempo para darlo todo en las sesiones de series o en las carreras).

Pero... ¿es esto suficiente para justificar esa anemia tan bestia? Pues probablemente NO. El ejercicio intenso y continuado hace que tiremos de muchos recursos de nuestro cuerpo (de hecho, está reconocida la "anemia del corredor"), pero no puede ser tan incipiente a mi nivel, tampoco he hecho nada extraordinario. Tiene que haber algo más.

Esta semana me he hecho ver por un médico especialista en digestivo. Le comenté que debido a mi hernia de la espalda, los días que tengo dolor intenso suelo tomar antiinflamatorios (enantyum, ibuprofeno). Este tipo de medicamentos, por tomarlos puntualmente para alguna dolencia, no pasa nada. Pero yo lo he estado tomando de manera prolongada, muchos muchos muchos meses (unos meses me dolía más y tomaba más pastillas, quizás 20; y otros meses me dolía menos y tomaba menos comprimidos, quizás 10). Bien, pues eso es bastante peligroso tanto para el hígado como para el estómago, sobre todo si los tomas sin protector de estómago como hago yo (inconsciente rozando la estupidez). El médico sospecha que esos antiinflamatorios me han podido hacer daño al estómago (alguna pequeña úlcera, una hernia de hiato, o algo similar), y que eso podría explicar que durante este periodo de 3 meses haya podido tener pérdidas de sangre internas (me habría dado cuenta en las heces si me hubiera fijado), y eso haya provocado esta anemia. Me ha pedido que no tome antiinflamatorios para el dolor (que pruebe a aguantar, o cuando me duela mucho que tome paracetamol o nolotil); y si no hay más remedio que tomarlos, que sea con protector de estómago; pero vaya, que los evite. Y además me va a hacer unas pruebas diagnósticas que suelen ser bastante desagradables, para comprobar si hay alguna pequeña fuga por ahí que haya que tratar para evitar la pérdida de sangre.

Por otra parte, para tratar la anemia, estoy tomando comprimidos de sulfato ferroso. Los estoy tomando con vitamina C (zumo de naranja por ejemplo) para mejorar la absorción. Y también estoy procurando incluir en mi dieta bastantes alimentos ricos en hierro, cuidando que la combinación sea adecuada para una buena absorción (dejando la leche, café, etc. de manera aislada y separada de las comidas y de las tomas del hierro; e incluyendo frutas y verduras junto con el alimento principal). El médico de cabecera me pidió que no hiciera nada de ejercicio (ni suave, ni menos suave), y que vuelva por allí dentro de un par de meses para ver cómo está todo. Con lo del ejercicio procuraré hacerle caso, especialmente mientras me siga sintiendo cansado, mareado, y sin aire al subir escaleras; en cuanto a lo otro, dentro de 3 ó 4 semanas me repetiré la analítica, quiero comprobar cómo va la cosa, me parece demasiado esperar 2 meses sin ningún control intermedio (¿y si va a peor, qué?). Total, que me lo voy a tener que tomar con paciencia y resignación durante todo el mes de febrero (y a ver cómo se presenta el mes de marzo). Tengo un mono increíble por salir a correr, pero procuraré ser "good boy" y guardar las energías para retomarlo con ganas cuando esté bien recuperado.

Autocontrol, paciencia, y pastillas de hierro... por eso digo que esto va a ser... #cuestiondeFe


4 comentarios:

  1. Animo !!!! que son dos meses comparados con los años que nos quedan por disfrutar de correr. A recuperarse con paciencia y con cabeza.

    ResponderEliminar
  2. Ánimo, Óskar. A mí también me salió anemia ferropénica hace un año. Incluso tenía la ferritina más baja que tú. Con el Tardyferon y zumos de naranja me recuperé pronto. 2 meses después de la analítica hice MMP en 5K, 10K y MM ;-)

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  4. Gracias chicos! Cuando esté recuperado voy a volver con unas ganas..... :-D

    ResponderEliminar