Todo comenzó después de que a comienzo de mayo Miguel Ángel, LuisMi, y yo hiciéramos aquel entreno de 22 km y algo por la Vía Verde de la Sierra, entre Olvera y Coripe (bueno, un poco más, hasta el Chaparro de la Vega). Pocos días después, Sergio se dio un paseíto de 30 km entre Puerto Serrano y Coripe (15 km) y volver. Le comenté que nosotros habíamos estado por el otro lado de la vía verde y que estábamos pensando probar algún día también por el mismo lado que había corrido él. Y a él se le encendió la lucecita para organizar una segunda edición de su PunkTrail Nerdo, dado el éxito de la primera edición. Después de intercambiar unos cuantos mensajes, le pusimos fecha, y quedó organizado el II Jran Punk Trail Nerdo.
La expectación creada fue máxima, corredores de todas las provincias de España querían estar allí, no podían perderse esta fiesta del deporte, en algún momento llegó a colapsar la centralita de preinscripciones, y ya la noche antes de la carrera, estábamos Sergio y yo preparando todo lo necesario para correr, y con la tranquilidad del podio garantizado, jejej.
El objetivo: la distancia de maratón siguiendo la Vía Verde de la Sierra, comenzando y terminando en el extremo oeste, en la estación de Puerto Serrano, y siendo la mitad del recorrido a la altura del Peñón y la buitrera de Zaframagón. Tendencia general de subida a la ida, y de bajada a la vuelta, aunque con algún sube-baja por ahí repartido.
Mapa del recorrido |
Despuntando el alba tímidamente en Puerto Serrano |
Salimos a la hora prevista, y con un ritmo cómodo (entre 5:30 y 5:40 por km, casi clavando el 5:35 en muchos de ellos). Hacía una temperatura estupenda para correr. Sentía incluso frío en las muñecas, pero pensando en la calor que podría hacer más tarde (cuando estuviéramos de vuelta), aquello era magnífico. Paradita técnica para que el compañero libere algo de peso, y continuamos a ritmo cómodo, charlando a ratitos, y disfrutando del paisaje y de la quietud de la naturaleza a esa hora.
En el km 12 me tomo el primer gel (el de mango). Me había llevado 3, y algunos "orejones" de albaricoque como avituallamiento, además del agua de los bidones blandos que portaba en el chaleco. Poco más adelante atravesamos el túnel más largo del recorrido (casi 1 km), a continuación pasamos el viaducto en el que se encuentra el desvío para llegar al Chaparro de la Vega, un túnel más, y la estación de Coripe, km 15. Echo una visual intentando localizar la fuente porque seguramente a la vuelta me haría falta rellenar el agua allí. De momento vamos muy fácil y la temperatura todavía no ha subido mucho.
Los kms 19 y 20 salen un pelín más rápidos que los otros (a 5:25/km). Le comento a Sergio que parece que hay ganas de llegar a la media, que los dos últimos kms nos hemos ido más rápido, con la intención de ser cautos y no acelerarnos todavía con 22 kms por delante. Parece que me entiende justamente al revés y aceleramos el ritmo, haciendo el km 21 en 4:50. Jeje, qué demonios, un poco de vidilla no viene mal!
A la altura del Peñón de Zaframagón, probablemente medio km más allá del 21, damos la vuelta. Bromeamos sobre la buitrera. Cuando estuve por allí a comienzo de mayo había muchos buitres sobrevolando la zona, sin embargo ese día no había ni uno... seguramente estaban a pie de urna, por las elecciones. El trayecto de vuelta va tendiendo hacia abajo suavemente. Hacemos una breve parada en la estación de Zaframagón (km 22), donde aprovecho para echar otro chorrito, y comer algo (los orejones de albaricoque y el segundo gel, de caramelo y con sales), además de apurar el agua que me quedaba en los bidones.
Después del pequeño acelerón que habíamos dado en el km 21, y aprovechando la tendencia de bajada del terreno, esos kms empiezan a salir ligeramente más rápidos que los de ida, en torno a 5:10 ó 5:15/km hasta que en el km 27 llegamos a la estación de Coripe. Nueva parada técnica, localizo la fuente, y lleno los dos bidones. Continuamos, ya de nuevo a un ritmo tranquilo (en torno a 5:30) y comentamos que ya se van notando bastante los kms en las piernas. El último gel que me quedaba era con cafeína (25 mg), y estaba pensando en no tomar ese gel si me encontraba bien (ya que el año pasado los geles con cafeína me habían sentado fatal al estómago). En el km 33 me noto algo fatigado, así que decido que en el km 35 me tomaré ese gel con cafeína. Fue una muy buena idea, porque en el km 36 ya estaba empezando a asomarse el tío del mazo (ese km se nos fue a 5:55, y fue por mí, Sergio iba bien). Después de ese km donde además de la fatiga se sumaba alguna cuestecilla que a esas alturas de carrera molestaba bastante, la cosa fue mejorando. Ya en el km 39 habíamos recuperado el ritmo cómodo de 5:30; pero en ese momento, Sergio sintió un pinchazo fuerte en la fascia del pie derecho y tuvimos que parar! Oh oh, menos mal que no había buitres sobrevolando! :-D
Ya me veía llevándolo a borriquito durante 3 kms y pico (y él es más grande que yo), pero por suerte empezó a apoyar el pie, fuimos caminando algunos metros, y mejoró un poco su sensación. Unos kms al trote (por encima de 7'/km) y llegamos al 41 donde se encontraba el cuestón que tan felizmente habíamos bajado al comienzo de la carrera. Como su pie no estaba para mucha fiesta, decidimos subir caminando. Los cuerpos también lo agradecieron después de tantos kms, y a continuación de la cuesta ya estábamos corriendo con normalidad (el km 42 salió en 5:19).
Paré el crono cuando mi GPS dio los 42,2 km, entrando a la estación de Puerto Serrano, con un tiempo de 3h57' y tras haber salvado algo más de 700 metros d+ acumulado. Es decir, no había sido una maratón llanita precisamente, pero habíamos cumplido el objetivo de superar el reto disfrutando de ese entorno espectacular. Continuamos unos metros más, hasta "los palitos" que separan la estación del aparcamiento. Sergio paró su crono a los 43 km y aún estábamos justo por debajo de las 4 horas. En el último tramo había subido un poco la temperatura, pero no demasiado, aún era muy soportable. El clima también nos había acompañado, todo salió perfecto.
Los campeones de la prueba posando en el podio de meta |
Aquí podéis leer también la crónica del otro protagonista de la aventura, Sergio (@karnaplosky).
Avituallamiento de meta. Además de la cerveza bien fría, el cuerpo me pedía fruta fresca |
Y la lectura que hago de esta aventura, pues todo positivo:
- Tras mi debut en maratón, con sensaciones bastante malas buena parte de la carrera y terminando fatal, aunque lo hice sin saber que llevaba al tío del mazo colgado de la chepa desde el km 0 (en forma de anemia), y una vez recuperados los niveles de hemoglobina y hierro en sangre, mis sensaciones a día de hoy eran mejores que nunca. Aún no tengo 100% claro cuál será el objetivo que me marque para la maratón de Málaga el día 4 de diciembre (sí quiero intentar el sub3h30' pero todavía no sé cuánto puedo arriesgar en torno a ese tiempo arriba o abajo). Este paseíto me ha servido para darme confianza. He completado los 42 km muy entero, y con un tiempo por debajo de las 4 horas en un recorrido con bastantes cuestas, y sin haber seguido un plan de entrenamiento específico de maratón en los 3 meses anteriores.
- Los geles, especialmente los de cafeína, me habían sentado como un tiro al estómago cuando los estuve probando, especialmente durante el último trimestre del año pasado. Parece que la explicación de ese dolor de estómago provocado por los geles, tenía bastante fundamento en alguna pequeña úlcera de estómago que podría haberme provocado tomando los antiinflamatorios para el dolor de la hernia de la espalda (y que también fue la causa de la anemia). En esta carrera me he tomado 3 geles, el último con cafeína, ya venía desde el día anterior con algunos gases en la tripa (ligera molestia), y los geles no contribuyeron a empeorar la solución, al contrario, el último gel me sentó muy bien para compensar la fatiga del final de la carrera.
- Para el próximo maratón, ya tengo la confianza absoluta de que la distancia la tengo en las piernas, no necesito hacer demasiadas tiradas muy muy largas para cargar confianza, y puedo concentrarme dentro del plan en la calidad más que en la cantidad de kms. Aunque eso lo veré a partir del final de verano.
- Cuando escribo esto, ya han pasado unos días desde el domingo. Aunque internamente pueda haber pequeñas "microrroturas" que deban curar aún, he recuperado sorprendentemente bien. Creí que iba a estar toda la semana haciendo el "robocop", y sin embargo ayer martes por la tarde ya me hice 12 kms a un ritmo muy suave con los amigos.
- Recordatorio para la próxima vez que me meta una kilometrada: que sea más cerca de casa o que haya alguien que me pueda llevar o que nos podamos turnar. Lo peor de todo fue conducir otros 150 kms de vuelta. #benditaLocura
Ahora, a afrontar los meses de julio y agosto con mucha tranquilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario